Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2021

Eliminada

  Acabo de cometer el acto más infantil, inmaduro e impropio de mí de la última década: Me he salido del grupo de whatsapp de la pandilla. Y luego lo he eliminado. No ha sido un arrebato ni una forma de llamar la atención. Ha sido una decisión meditada y fruto de mucha reflexión. Porque no se trata solo de abandonar el grupo, es una manera de dejar patente que abandono también mi empeño en seguir formando parte de las vidas de esas personas que se supone que eran mis amigos. Quizá me he pasado de dramática y es muy posible que ahora me estén poniendo verde en ese mismo chat, pero no me arrepiento. Lo mismo ni siquiera se dan cuenta de que me he ido…  es una de esas cosas que pasa cuando eres la amiga que lo da todo, pero nadie hace lo mismo por ti. Yo ya me he cansado de dar y no recibir jamás ni la mínima parte. Que han sido años, joder, no es algo de ahora. Llevo años viendo cómo la vida nos iba poniendo en posiciones cada vez más distantes. Yo he luchado por mantener la relación de

Vejez...

Imagen
  Vejez. Inmediatamente asociamos la palabra a ciertos aspectos negativos como por ejemplo: canas, arrugas, cambio en la apariencia, enfermedades…un largo etcétera que tenemos aprehendido. He pasado los treinta y muchas amigas mías me preguntaban qué cremas faciales uso. Pues hija, la verdad que una hidratante y poco más. Me miraban con ojos como platos. ¿En serio? ¿Y el  sérum , y el contorno de ojos? ¿Y el tónico y la rutina de noche de cuatrocientos cincuenta pasos antes de irme a la cama?  Soy consciente de que hay que cuidarse para sentirse bien, física y emocionalmente, pero creo que estamos llegando a unos límites estratosféricos. Nos imponemos unas normas demasiado estrictas a nosotras mismas. Hablo en femenino porque ninguno de mis conocidos masculinos lleva a cabo esas rutinas de belleza diurna y nocturna.  Soy de las que opina que cada uno y cada una debe hacer lo que mejor le vaya y actuar en consecuencia de lo que mejor le haga sentir, sí. Pero en determinados ejemplos, pi

No es para todas

Imagen
  Me negaba a aceptarlo pero, ha llegado ese temido momento. Me he hecho mayor. Ya pasados los 30 y hasta ahora nunca lo he llevado nada mal pero, algo a mí alrededor ha cambiado. Sí.  Ese momento en el que, la vida empieza a darme vértigo y me siento muy lejana de sentir mi vida encarrilada.  No sé si a mi alrededor hay un  “baby boom”  o una especie de pacto secreto que, a partir de los 30 te obliga a casarte. Pero últimamente, cada vez que me encuentro con viejas amistades o compañeras del colegio es para saber que se casan, están embarazas o enterarme de que tienen ya hasta dos hijos. Y yo, no puedo sentirme más lejana a todo eso. Más allá de mi infancia nunca he soñado con una preciosa boda vestida de blanco, aunque, soy la primera que veréis llorando en una. (Y no me avergüenzo). Apenas siento que mi vida está empezando, a pesar de que el tiempo se pasa volando y hasta hace dos días aún salía del cascarón del hogar con el miedo como compañero de viaje.   Hace poco os contaba que