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Mostrando entradas de agosto, 2008
Cada vez que decimos un: no puedo más, qué mal me va, qué mala suerte tengo, lo voy a mandar todo a tomar por culo, quiero desaparecer… Y variantes… Deberíamos tener un látigo que nos pegase en toda la boca cada vez que alguna de esas palabras salgan de nuestra boca. Porque no es justo, ni de lejos, autocompadecernos siempre de lo mal que lo pasamos, la mayoría de las veces por chorradas, o porque las cosas no salen como a nosotros nos gustaría, cuando sabemos a ciencia cierta que hay cosas que no dependen de nosotros, y que en cualquier momento, nos puede pasar cualquier cosa, y no sólo a nosotros, si no a los que nos rodean, que nos hagan cambiar la mentalidad pero a base de bien. Parece mentira que tengan que pasar estas cosas, para saber valorar, para saber dónde están nuestros límites, para saber que todos y cada uno de nosotros tenemos posibilidades a punto de explotar, para saber que la vida es lo único que tenemos, y que hay que cuidarla, porque al fin y al cabo, ha sido la úni

No se..

Dicen que cuando callo todo lo que empieza a moverse dentro de mí es similar a un agua cero en Barcelona en pleno mes de Octubre. Y tienen razón. No sé estar callada sin pensar en nada. No sé no pensar. No sé dejarme llevar. No sé dejar mi mente en blanco. No sé no juzgar, no analizar, no etiquetar. No sé pararlo todo. No sé cómo hacer que se detenga el mundo. No sé olvidarme de todo. No sé cómo hacer que el daño se duerma aunque sea sólo por un rato. No sé no llorar por dentro todos los días. No sé despertarme y lo primero que piense sea en… qué más da… No sé lavar mi cerebro hasta tal punto de empezar de cero. No sé dar más importancia a las risas de los niños. No sé aligerar el sentimiento. No sé desechar las emociones. No sé pausar el corazón que viene y va y más que venir se va… No sé cómo hacerlo…

I wish you were here

Quizás llegue un momento en que lo único que se pueda hacer sea empezar de cero. Empezar de cero. Como si nada hubiese pasado, como si no hubieses existido, como si las palabras que un día dijiste nunca hubiesen salido de tu boca, como si las lágrimas no hubiesen servido de nada, como si los pasos que diste se los hubiese tragado el suelo, como una canción que eres capaz de cantar con los ojos cerrados, como una foto a contraluz, como si la paz acabase de repente con la guerra, como un sueño que se cumple a medias. Y sientes que eso es demasiado arriesgado, pero entre tus alternativas la mejor es esa, y te aferras a ella como si fuese el más apasionado y dulce de los abrazos que nunca te han dado. Nunca me gustó confundirme entre la gente. Prefiero echar a correr y perderme.

Tu conciencia.

Allá donde crece la hierba es donde tú y yo logramos en un suspiro una vida entera de mil sonrisas… Quizás fueron unos minutos, breves, pero la intensidad estaba cerca y la verdad realmente escondida. Quizás fuimos libres por un rato en este mundo que cada día nos encarcela poco a poco, y quizás lloramos después de probar el veneno que acabaría con todo lo que hemos sido. Dicen que las oportunidades suelen durar una vez, la nuestra duró unos cuantos años, y después todo se esfumó como el humo de mi cigarro entre la contaminación de los coches. Más bien, toda la mierda se esfumó entre más mierda. Y dicen también que la capacidad de llorar y poder mirar al frente es tan sumamente imposible que mis manos manejan este destino a su antojo para únicamente conseguir un pequeño cambio que más bien podemos decir se debe a un gran golpe de suerte, o de estado, al fin y al cabo, da lo mismo. Sabes, que las pausas nunca fueron buenas, que tu corazón nunca debió dejar de latir, que mis ojos creen v

Injusticias

Cuando nacemos, nos exponemos a todo tipo de sabores, de colores, de sensaciones, de formas, de contrastes. La vida es un continuo contraste, un continuo subir y bajar, un continuo ganar y perder, un continuo caerse y levantarse. Hay colores y formas que quisiéramos no conocer, no ver. Y otras que simplemente nos negamos a ver, a conocer. Porque existen los contrastes. Porque tenemos SUERTE de vivir donde vivimos. Y porque se lleva eso de “corazón que no ve corazón que no siente”. No parece que vivamos en el mismo mundo… En la era del Fotolog, del Messenger, del teléfono móvil, del forfait, de las telecomunicaciones, de la videollamada, de Carhartt, de las elecciones, de las fiestas … Y que haya niños que van desnuditos y que no tienen nada que comer… .....
Siempre miro hacia arriba, hacia lo más alto. Y espero no cometer nunca el gran fallo de atreverme a ser cobarde.

Toda una vida.

Toda una vida sin verte, y últimamente te echaba de menos, más que nunca. Sabes que cuando me dijeron que te conocería te empecé a esperar sentada en esa esquina de mi cama pensándote, imaginándote, bailando entre tus futuros besos y sonrojándome con las palabras que sabía que me ibas a decir. Todo era ilusión hasta que un día te empecé a echar de menos, demasiado. Empecé a necesitar el calor de tus manos y cuando comprobé que pasaban los días y que tus manos no aparecían, se me vino el mundo encima. Te odié porque no eras capaz de decirme nada, me mirabas desde lo lejos, encendías las velas de mi camino, pero no decías ni una palabra para que yo mirase hacia donde tú estabas. Eras invisible. Se me hacía cuesta arriba sentirte, saber que estabas, y no verte ni tocarte. El día que dudé acerca de si estabas vivo o no, se me encogió el corazón. Sufrí muchísimo. Desde ese día fui de alma en alma pidiendo compasión por que estuvieses vivo, para que nadie te hiciese daño, para que cuando est

Deberían enseñar a canalizar la nostalgia…

Deberían darnos al nacer un manual de instrucciones tipo DSM-IV para que cuando se nos parta el alma sepamos qué hacer con cada pedazo para recomponer el puzzle de lo que una vez fuimos, de lo que queremos ser. Deberían darnos pautas totalmente detalladas sobre qué hacer en caso de emergencia, en caso de sujeto perdido en medio de la nada o en caso de sobredosis de sentimiento prohibido. También deberían prohibir las primaveras, besarse en los parques, demostrar felicidad, sonreír o reír, cantar cancioncitas de “te quiero, mi amor”, bailar en los bares y pasear. Deberían legalizar el egoísmo de los que duermen solos cada noche. Deberían apagar todas las luces de la ciudad, prohibir al sol salir y al cielo azul renacer para conjugar bien con todos los que son sangre y nada más que sangre. Deberían prohibir las malas pasiones, los juegos, la luna llena y el esperar a nada por nada a cambio. Deberían hacer de la tristeza un derecho y una obligación, para que todos aquellos que son felices
Me prometí que daría a mi vida el porcentaje perfecto de realidad, justo para permitirme ser feliz y para mantener los pies en el suelo. Pero hacer las dos cosas es incompatible. Así que hay que decidir entre pasear continuamente entre nubes sin contacto con las piedras que emergen del suelo creyendo que cada día que vives es tu día, o caminar bajo la lluvia y sin paraguas dándote cuenta de que cualquier día se puede convertir en un mal día. Ya no me da la gana pensar en los motivos superficiales que antes me levantaban sin esfuerzo, ya no me da la gana pasear por mi calle favorita, ya no me da la gana hacer esas fotos ni mirar esas otras, ya no me da la gana escribir cualquier mierda banal como ésta, ya no me da la gana escuchar a la gente, ya no me da la gana permitir a cualquiera que compare cada uno de sus pasos con los míos, ya no me da la gana dejarme llevar, ya no me da la gana llorar mil mares, ya no me da la gana excusarme, ya no me da la gana sonreír si no tengo ganas… Y toda

Hacia delante.

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De vez en cuando me callo, y otras veces, exploto. Últimamente tengo la capacidad inmunda de explotar. Qué derroche de personalidad. Qué derroche de facultades que no deberían de existir, y de rachas de rabia que pocas veces dejan paso a la frialdad de parecer no ver y parecer no padecer. A veces soy suicida compulsiva, expongo las guerras que combato cada día al mundo que me vive, así que tendré que someterme a terapia para no romperme las alas que alegran las ausencias de las mil noches en el infierno a las que estoy destinada a sufrir. Eso o rezo mil oraciones por todos mis pecados mortales cometidos esperando a que algún ángel caído me devuelva las alas para poder soportar todas las ausencias. Y todo eso, para asegurarme por si acaso de que ellos saben que existo, que sigo, para que deje de parecer que yo y mis alas estamos dormidas de por vida. Pero a mí me gusta de vez en cuando hacerme de rogar, una de cal y otra de arena, ya sabes. Porque este es el cuento de la historia interm
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Cierro los ojos, resoplo fuerte e intento irme. como comprobando hasta que punto del camino sería capaz de seguir sin ti. Me detengo a los dos pasos, retrocedo uno. ¡Qué inútil soy! -pienso para mis adentros-. Qué fácil lo tienes, parece ser que a ti no te pasa, no das dos pasos y retrocedes uno por mi culpa, eso me hace sentirme culpable, culpable por depender tanto. Sigo pensando.. ¿En qué punto de mi vida me paré por ti? pero es difícil saberlo con cierta exactitud, ¡mira que me has dado fuerte! Te mantienes tan aparte de todo que a veces dudo, de todo, hasta de mi mísma, parezco tan susceptible. Al fin y al cabo soy yo la que pierdo el equilibrio cuanto te acercas y tengo que aferrarme a cualquier cosa que no seas tú para no caerme. Pierdo el maldito equilibrio hasta cuando pronuncias mi nombre, no importa lo lejos que estés. -Me gusta como suena a poesía si lo dices tú. En estos momentos agradezco a los infiernos por llamarme así, y saber que te gusta, aunque.. ¡cómo te cuesta dec

Sin pensar...

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Dedícate a mirar a la luna y observa lo bella que es, cierra los ojos y escucha como te cuento el cuento a mi manera. Sonríe sin pensar en las lágrimas que has demarramado, vuela..sí, vuela..puedes hacerlo. Cógeme de la mano y no me sueltes hasta que no te lo diga, véndame los ojos y lleváme al sitio de siempre. Ponme aquél fragmento de la película que tanto me gusta, tataréame nuestra canción. Písame los pies con cuidado mientras bailamos, cógeme de la cintura y abrázame con cariño. Susúrrame al oído que no me dejarás sola nunca..nunca..nunca.. Regálame una rosa en un día no especial, seca mis lágrimas y ríete de mi risa, desmelenáte y no tengas miedo, suéñame despierto. Cuéntame tus sueños aunque no salga en ellos, confia en mí sabes que no te fallaré, haz una cuenta atrás de los minutos que quedan para que volvamos a estar juntos, dime que me echas de menos aunque esté a tu lado. Prométeme que me besarás bajo la lluvía..no me preguntes porqué solo hazlo. Llámame cariño.. Dime que me

Click

Supongo que algún día tenía que llegar este momento. El momento en el que algo hiciera "click" en mi cabeza y cambiara mi vida en un segundo. Bueno, mi vida entera no. Pero sí algo. Algo ha cambiado y todavía no sé bien qué.

Gracias...

GRACIAS a la gente que me ha puteado en alguna ocasion,a los que me han fallado una y otra vez, a los que me han mentido,a los que hablan y hablan sin saber,a los cotillas, alos que se creen todo lo que oyen, a los que han insultado a los mios o a mi,a los que van de amigos y no lo son,a los que tienen doble personalidad ..y en definitiva a toda la gente con la que me ha intentado hacer daño. Gracias a vosotros cada dia soy mas fuerte.
Mi mente a veces es una grabadora de lugares inventados, llenos de luz, sin paredes que entorpezcan la imaginación, tacto, tocarte, tócame, se me escapa una lágrima y tu suspiras aliviado por tenerme a tu lado. Las horas se hacen tan cortas, volviéndose incluso pasado, pero no porque estamos en el aquí y ahora, los dos, con las paredes manchadas de música y las cortinas y su trasluz de un día a la sombra del mundo, sin ojos que nos vean. Letras en chino que hablan de conexión, de música, tu música, mi música y de equilibrio, ese tan ansiado que solo conseguían las historias de cuentos como los que me gusta inventarme cuando no tengo sueño y me gusta ver tus párpados cayendo y quiero que me sigas haciendo caso porque no quiero perderme en mis sueños. Sonrisas, como los dibujos pegados a los altavoces rodeados de discos, llenos de mensajes que hablan de un mundo mejor, lleno de amor, y de desamor, aquel por el que todos hemos pasado, desilucionados de nuestra vida sin suerte. Y me enseña
Antes solía coger mi cámara de fotos y me la llevaba a todas partes, eran algo que no se me olvidaba nunca, a decir verdad era la única cosa que siempre se mudaba de bolso, junto con las llaves de casa. No es una gran cámara pero me ha servido para fotografiar buenos momentos, sobre todo en los últimos tiempos. Meses atrás dejé de hacer fotos, como si el mundo que tuviera alrededor no me importara, como si no hubiera cosas que plasmar para no olvidar, porque soy de esas personas que tienen tantas cosas en la cabeza que a veces se olvidan de recordar algunas especialmente importantes. Y no tiene excusa. Como una frase tan famosa de american beauty que decía "podía estar enfadado con lo que me pasó, pero como estarlo cuando hay tanta belleza en el mundo...". Y yo a veces no me doy cuenta. Hace unos días me dió por coger esa vieja cámara otra vez, con algunos arañazos e incluso creo, que tiene arena, pero es igual mientras aún le quede un suspiro, que me lo dé a mí. Supongo que
Me considero una soñadora por naturaleza, supongo que si la vida te da tantos palos terminas convenciéndote a ti misma que no queda otra que soñar aquello que nunca te han dado o no has querido conseguir. El tiempo pasa y parece que todas las oportunidades se escaparan, pasaran por tu lado y les echaras un vistazo rápido y fuera. Pero llega un momento que te paras a pensar, algo no muy común hoy en día, y te das cuenta que aún no es el momento, el momento no lo decides tú, te viene por casualidad y ese momento puede significar el más amargo o el más feliz de todos. Continuidad, si señor, hemos nacido para experimentar, para vivir y las lágrimas aunque parezcan inútiles, se crearon para algo. Si tuvieramos que llorar sin lágrimas, a más de uno se le habrían caído los ojos. Puede que a algunos no les haya llegado el momento o la felicidad estos días anda escasa más que nada porque está ocupada dándoseles a los abogados matrimoniales, con tantos divorcios, cobrarán lo suficiente como para
Muchas veces no encuentro una explicación creíble a las cosas que pasan por nuestra vida. Es tan distinto lo real de lo que vemos en los sueños que es una depresión tan grande que vacía el corazón y llena los ojos de lágrimas. Ese sentimiento es a veces tan inmenso que impide que nos liberemos y nos asfixia en un espacio tan pequeño como la oscuridad que alcanzan a ver nuestros ojos en una noche. Las nubes, el aire, el sol, el calor sobre la piel, el tacto que solo recuerdan las manos, todo eso se olvida, se añora, se vuelve melancolía y el pensamiento se nubla blanco porque nada de lo que realmente amamos nos consigue levantar. Y es un cambio tan infimamente pequeño, de un segundo, el camino que recorre la preocupación de manos de la soledad hasta difuminarse y dejar paso a la alegría. Puede parecer una tontería pero los sentimientos son así, tan finos y delgados como un cabello, dura para toda la vida pero es tan fácil perderlo. Cambios constantes. Estados cambiantes. Vida.
Soy Dueño. Soy cielo. Mar. Lágrimas. Soy verdad.Un sueño. Soy un peso en este Mundo. Silencio. Estrella. Tú. Soy Yo. Soy felicidad. Música. Tu inmensidad. Mi vida. Inofensivo. Arenas. Sonrisas. Demonio. Soy otro. Realidad. Ahora en este instante. Soy Todo.
Hoy me voy a cortar la tristeza.
Hoy me has llamado. La próxima vez seguramente seré yo quien te llame porque me habré dado cuenta de cuanto te necesito. Nunca pensé que compartir el primer cigarro o reirte de los palos que nos da la vida uniera tanto. Y pensar que por circunstancias tan comunes nos encontramos y por otras igual te tuviste que ir, no se si te habré mencionado alguna vez aquel libro...no lo recuerdo. Pues segun él, no hay nada peor en la vida que echar de menos, sí, porque no es lo mismo tener a alquien cerca y poder desear que esté lejos o con tan solo acercarse un poquito, ya puedes robarle con cariño un abrazo, un abrazo robado de esos con los que después tan a gusto uno se queda. Siempre me ha gustado esa parte donde nisiquiera se menciona la nostalgia, tan solo echar de menos. Hoy me has llamado tu como tantas veces, seguramente mañana sea yo quien lo necesite. Y volverte a contar eso que tanta gracia te hace y tu falta total de educación y tu desparpajo y tus palabras que unidas no dejan espacio
Entiendo lo que es sentirse el ser más pequeño, insignificante y patético de la humanidad y lo que es sentir dolor en partes del cuerpo que ni siquiera sabías que tenías, y da igual cuantas veces te cambies de peinado o a cuantos gimnasios te apuntes o cuantos vasos de Chatone te tomes con las amigas porque sigues acostándote todas las noches repasando todos los detalles y preguntádote qué hiciste mal o qué pudiste malinterpretar, y como puñetas en ese breve instante pudiste pensar que eras tan feliz, a veces incluso logras convecerte de que él verá la luz y se presentará en tu puerta. Y después de todo eso, y aunque esa situación dure mucho tiempo, vas a un lugar nuevo y conoces a gente que te hace recuperar tu amor propio y vas recomponiendo tu alma pedazo a pedazo y toda esa época difusa, esos años de tu vida que has malgastado empiezan por fin a desvanecerse.
Al final todo se resume a alguien que busca y a alguien que encuentra. Y si por casualidad se cruzan esos dos caminos, lo que ocurra después ya es otra historia.
Sobrevivir, esa es la clave de todo. Disfrutar de lo que tenemos, por muchos golpes que recibamos, ver siempre el lado positivo de las cosas y ser conscientes de qué si nos lo proponemos, somos invencibles... Porque todos, somos supervivientes. Sobrevivimos a muchas cosas, pero para tirar adelante, necesitamos el apoyo de los que nos quieren. Lo más díficil es sobrevivir a nuestros errores, que tarde o temprano tenemos que pagar. Aunque a veces, nos gustaria borrar de la memoria todo aquello que nos hace daño, tenemos que seguir adelante, por todos aquellos que se han quedado en el camino, con la seguridad, de qué, a pesar del dolor y de los malos momentos, la vida es algo que merece mucho la pena.
La única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde con fabulosos cohetes amarillos explotando..
Yo no estoy loca. Ni tampoco soy un genio. Pero alguna vez yo también me até el cemento a los zapatos por miedo a volar y acabé ahogándome en el río, porque la realidad racional es demasiado dolorosa incluso para el ser humano, y si te dejas arrastrar por su corriente, luego ya no podrás salir del barro. Tal vez haya volado demasiado alto, no te lo niego, pero que sepas que eso no me impide sentir el azote del viento..
La felicidad es el elixir que nos hace eternamente jóvenes."