Mi mente a veces es una grabadora de lugares inventados, llenos de luz, sin paredes que entorpezcan la imaginación, tacto, tocarte, tócame, se me escapa una lágrima y tu suspiras aliviado por tenerme a tu lado. Las horas se hacen tan cortas, volviéndose incluso pasado, pero no porque estamos en el aquí y ahora, los dos, con las paredes manchadas de música y las cortinas y su trasluz de un día a la sombra del mundo, sin ojos que nos vean. Letras en chino que hablan de conexión, de música, tu música, mi música y de equilibrio, ese tan ansiado que solo conseguían las historias de cuentos como los que me gusta inventarme cuando no tengo sueño y me gusta ver tus párpados cayendo y quiero que me sigas haciendo caso porque no quiero perderme en mis sueños. Sonrisas, como los dibujos pegados a los altavoces rodeados de discos, llenos de mensajes que hablan de un mundo mejor, lleno de amor, y de desamor, aquel por el que todos hemos pasado, desilucionados de nuestra vida sin suerte. Y me enseñas y yo aprendo, y no me quiero levantar porque soy así de egoísta pero como dice la canción, no te enfadas, porque eres menos egoísta y más listo que yo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El día en el que el ginecólogo me dijo...

Mecánica del corazón

La soledad de las amistades