Cansada de escribir y que todo te suene igual, repetido, a rutina.
De escribir sin decir nada, de hablar de amores platónicos, absurdos, inalcanzables, vividos, espontáneos, sinceros o agotadores. Hablar de ti, de lo nuestro, de lo que pudo y no fue.
De los sinsentidos de mi vida, de los dobles sentidos, cansada de la falta de caricias, de los besos catalogados, de esa luna que todo el mundo promete.
Cansada de recordar los 26 lunares de tu espalda, de las canciones bailadas, de la euforia, de las mentiras constantes que no llevan a ningún sito.
Cansada de pensar que el tiempo lo cura todo, otra mentira, el tiempo no cura nada, y si lo hace, solo se limita a curar todo aquello a lo que hoy en día no le damos importancia, resumiendo: el tiempo precisamente es el que nos hace mas daño (en la gran mayoría de los casos).
Cansada de tus pasadas reflexiones, actúa! (no conocías muy bien esa palabra), de que tu voz siga resonando por aquí dentro, de empeñarme a no vender el trozo de corazón donde tu habitaste.
Vino un vendaval y se llevó todo. Yo que siempre he pensado que era invencible.. pero ahora me doy cuenta de que estamos años luz el uno del otro
Ves, otra historia igual, pero hoy tu solo eres el punto y final de esta pagina.
El día en el que el ginecólogo me dijo...
Hay que ver la de cosas que pueden hacer que una levante un señor complejo nuevo así, de la nada. Un día tienes mil complejos, al siguiente, de pronto, tienes mil uno. Yo, personalmente, llevo a la espalda una mochila enorme llena de las inseguridades que he ido acumulando a lo largo de los años. Y, aunque hay algunas que están íntimamente ligadas a mi carácter, muchas otras nacieron a raíz de algún comentario. Bienintencionado, con verdadera malicia o sin ningún tipo de intencionalidad. Alguien que dice algo, sobre mí o mi cuerpo, y, bum, un nuevo inquilino para la mochila. Pero bueno, aunque no soy capaz de evitar que este tipo de movidas me afecten y me calen hondo, lo que sí puedo hacer es tratar de llevarlo con humor. Sí, soy de esas que van de que todo se lo toman a coña. Nunca es real al 100 %, sin embargo, ayuda a sobrellevar lo que sea que te hace daño. Un poquito. Así que quiero compartir la anécdota con la que nació uno de mis complejos más íntimos. La del día en el que el
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