Me atrevo

  El secreto está en que el día que veas todas estas cosas, será porque yo hace tiempo que decidí quererme y, en este caso, me quiero contigo. Y en mi concepto de amor, la perfección reside en mostrarme sin adornos y con mis vergüenzas liberadas. Porque solo querré que me quieras si lo haces de verdad.

Y es que no quiero que me quieras por lo que muestro de puertas afuera, ni por lo que escondo detrás de una sonrisa bonita. Quiero que me quieras en mis noches más largas, cuando la inseguridad me arañe por dentro, cuando dude de todo y aun así siga intentando estar en pie. Quiero que me quieras en mis silencios incómodos, en mis bromas tontas, en mis despistes y en mis rarezas. Porque ahí es donde habito de verdad, en esa parte que no siempre enseño pero que es la más mía.

El amor que yo entiendo no vive en los grandes gestos, sino en lo pequeño. En el café de la mañana, en el abrazo que llega sin avisar, en la mirada que dice “tranquila, estoy aquí” sin necesidad de palabras. Para mí, el amor no es prometer eternidades, sino elegir cada día a la persona que tienes al lado, incluso cuando no todo es fácil.

Y yo quiero que me quieras desde ahí.. Desde la elección consciente, desde la libertad y no desde la costumbre. Que no sea un “me quedo porque toca”, sino un “me quedo porque quiero”. Y yo, si me quiero contigo, será porque sé que a tu lado puedo ser entera, sin disfraces, sin miedo a ser demasiado o a no ser suficiente.

Porque, al final, lo único que quiero es que si me amas, lo hagas por quien soy de verdad, incluso en mis versiones menos brillantes. Y si es así, entonces sabré que contigo el amor no es solo un sentimiento, sino un refugio.

No te pido promesas eternas; solo te pido que, si decides quedarte, lo hagas por lo que soy hoy y por lo que me atrevo a ser contigo mañana.



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