Quizás el nuevo año sólo sea un salto en las manecillas del reloj o arrancar una hoja en el calendario, pero eso nos anima. A mí personalmente lo hace. Es marcar una fecha para empezar de nuevo o para continuar creciendo. No tengo un estudio de cómo ha sido este año ni estadísticas sobre si pesa más lo bueno o lo malo, sólo sé que a día de hoy me siento satisfecha. Contenta de que cada una de las personas importantes en mi vida haya estado a mi lado y confío en que siga siendo así. Cada vez noto las relaciones más fuertes y eso me encanta. Satisfecha también de mis pequeños logros y de haberme dado cuenta de cosas de las que quizás debería haberme dado cuenta antes, aunque nunca es tarde y por eso mismo tenemos un año más, siempre. También ha habido pérdidas y malos tragos de los que algo he sacado y, como todo, han pasado. Gracias a ello me encuentro ahora en este estado de ánimo. Si hubiera que resumir este año en alguna palabra sería ‘fuerza’. Sí, siempre fuertes.
No te culpes
Voy a empezar dando un mensaje muy claro: no todos los celos que sentimos son porque tenemos que gestionar algo en nosotras . Y punto. Está muy guay el rollito este "new age" moderno de que los celos son inseguridades propias, falta de autoestima etc. En la mayoría de los casos es así, y está claro que cuanto más trabajemos nuestro crecimiento personal mejor estaremos. Pero los celos son una respuesta del cerebro que lo que busca todo el rato es sobrevivir. Y señoras, amigas, hermanas, en muchas ocasiones tenemos celos porque nuestra pareja está siendo infiel, porque otra persona se está entrometiendo en la relación o porque hay algo que no cuadra. Y PUNTO. Esto es algo que resumió mi psicóloga muy bien cuando tuve el mayor ataque de celos que he tenido nunca, recuerdo bastante bien sus palabras: “No tienes celos porque estés insegura, tienes celos porque esa chica sigue enamorada de tu novio y claramente está compitiendo contigo para conseguirlo”. ...
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