Estas son las últimas palabras que te dedico. Esta es la última vez que pienso en ti como un nosotros. La última vez que pienso en llamarte desesperada. La última vez que pienso en que se podría arreglar. No, no se podría ni aunque quisieses, porque parece que me va a costar toda una vida olvidar todo el daño. El daño, los lloros, los desmayos, las culpas, la otra, el miedo, a ti desapareciendo en mitad de la noche de un día de Noviembre. El querer un motivo, el necesitar un motivo. Pues que te jodan. Por toda esa gente que no sospechamos que está ahí y que será igual de especial de lo que nosotros fuimos. Seguramente incluso más. Adiós. Adiós, idiota.

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