Estas son las últimas palabras que te dedico. Esta es la última vez que pienso en ti como un nosotros. La última vez que pienso en llamarte desesperada. La última vez que pienso en que se podría arreglar. No, no se podría ni aunque quisieses, porque parece que me va a costar toda una vida olvidar todo el daño. El daño, los lloros, los desmayos, las culpas, la otra, el miedo, a ti desapareciendo en mitad de la noche de un día de Noviembre. El querer un motivo, el necesitar un motivo. Pues que te jodan. Por toda esa gente que no sospechamos que está ahí y que será igual de especial de lo que nosotros fuimos. Seguramente incluso más. Adiós. Adiós, idiota.
No te culpes
Voy a empezar dando un mensaje muy claro: no todos los celos que sentimos son porque tenemos que gestionar algo en nosotras . Y punto. Está muy guay el rollito este "new age" moderno de que los celos son inseguridades propias, falta de autoestima etc. En la mayoría de los casos es así, y está claro que cuanto más trabajemos nuestro crecimiento personal mejor estaremos. Pero los celos son una respuesta del cerebro que lo que busca todo el rato es sobrevivir. Y señoras, amigas, hermanas, en muchas ocasiones tenemos celos porque nuestra pareja está siendo infiel, porque otra persona se está entrometiendo en la relación o porque hay algo que no cuadra. Y PUNTO. Esto es algo que resumió mi psicóloga muy bien cuando tuve el mayor ataque de celos que he tenido nunca, recuerdo bastante bien sus palabras: “No tienes celos porque estés insegura, tienes celos porque esa chica sigue enamorada de tu novio y claramente está compitiendo contigo para conseguirlo”. ...
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