Otra mirada...

Qué fácil resulta hablar sobre otras personas. A menudo yo lo hago, y ni siquiera me doy cuenta. Es algo automático. Referirme constantemente a las vidas de otras personas en cualquier conversación me permite desviar la mirada hacia errores que no cometí, decisiones que no tomé, caminos que no escogí. Me olvido de mi, a consta de los demás. Pero... ¿hasta qué punto es verda? ¿Compensa realmente criticar otras vidas para no tener que mirar la mía? Quizá no, quizá sí. A mí me ha funcionado hasta ahora, aunque eso no implica que vaya a seguir funcionándome.


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Me he presentado a un concurso de relatos, el primer concurso de escritura al que me presento. No sé si ganaré porque, sinceramente, no sé qué tipo de escritores se presentarán. Igual, me siento muy satisfecha con el resultado, anoche escribí hasta las una y media de la madrugada y a partir de ahora pienso tomarme mis palabras más en serio.

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