Tiene las manos vacías. El corazón sin tráfico. Los semáforos verdes. Sólo quiere que le den un abrazo de esos que dicen "estoy para quedarme, para desayunar contigo y contarte cuentos por las noches". Está pidiendo a gritos que le cierren la boca con los dedos borrachos. Cansado de vivir en los tejados y mendigar amor y algo de abrigo. Tiene los ojos vacíos. Las piernas desgastadas. La cama en carne viva. Sólo quiere que le besen por dentro. No tener que aparcar en doble fila. Dejar el alquiler. Pagar una hipoteca. Amueblar una casa. Conocerte. Amarte. Que dejes tu ropa en el armario y en el baño el cepillo de dientes.
No te culpes
Voy a empezar dando un mensaje muy claro: no todos los celos que sentimos son porque tenemos que gestionar algo en nosotras . Y punto. Está muy guay el rollito este "new age" moderno de que los celos son inseguridades propias, falta de autoestima etc. En la mayoría de los casos es así, y está claro que cuanto más trabajemos nuestro crecimiento personal mejor estaremos. Pero los celos son una respuesta del cerebro que lo que busca todo el rato es sobrevivir. Y señoras, amigas, hermanas, en muchas ocasiones tenemos celos porque nuestra pareja está siendo infiel, porque otra persona se está entrometiendo en la relación o porque hay algo que no cuadra. Y PUNTO. Esto es algo que resumió mi psicóloga muy bien cuando tuve el mayor ataque de celos que he tenido nunca, recuerdo bastante bien sus palabras: “No tienes celos porque estés insegura, tienes celos porque esa chica sigue enamorada de tu novio y claramente está compitiendo contigo para conseguirlo”. ...
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