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Entre lo poco que sé de la vida, también te diré que nada de todo esto vale la pena sin alguien que te haga ser incoherente.
Ni flores, ni velas, ni luz de luna. Éste es el verdadero romanticismo: Alguien que llegue, te empuje a hacer cosas de las que jamás te creíste capaz y que arrase de un plumazo con tus principios, tus valores, tus yo nunca, tus yo qué va.

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El día en el que el ginecólogo me dijo...

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Mecánica del corazón

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La soledad de las amistades

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