Volver a las andadas, coger otra vez fuerzas para buscar, para no juzgar antes de tiempo. No tengo ganas de hacerlo, y me quedo aquí, disfrutando del tiempo, disfrutando de lo que ya tengo, y pensando que es estúpido no ser feliz si no lo tienes todo. Pero otras veces las cosas son distintas, y piensas, por qué siempre me encuentro sentada en el mismo sitio, con las mismas armas usadas, y la misma cara de imbécil derrotada. Dónde está mi suerte, la de verdad, la completa, la que nunca se agota, por qué siempre que deseas algo sucede lo contrario por completo. Así que sí, o no, no sé qué voy a hacer con estas cosas, sólo sé que todas estas palabras sólo sirven para decirte que esta noche, en este mísero instante, me gustaría que estuvieras aquí, conmigo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El día en el que el ginecólogo me dijo...

Mecánica del corazón

La soledad de las amistades