Son las sensaciones extrañas las que nos hacen meditar. Mi vida gira entorno a una gata y pocas personas. La mayoría de mis días carecen de sentido y hay veces que no me acuerdo por que apago el despertador. Cuando me asomo a la ventana y veo que hace sol me entra una sonrisilla placentera, recordandome que cada vez queda menos para quitarme la chaqueta. Volví a fumar por nerviosismo y dependencia, ahora consumo las horas igual que los cigarros me consumen a mi: sin ninguna finalidad. Tampoco entiendo muy bien que ha pasado, qué he hecho mal ni quien me ha dado tanta paciencia. Pero sigo levantandome por las mañanas y sigo buscando mis sueños, aunque aun no se muy bien donde están.
No te culpes
Voy a empezar dando un mensaje muy claro: no todos los celos que sentimos son porque tenemos que gestionar algo en nosotras . Y punto. Está muy guay el rollito este "new age" moderno de que los celos son inseguridades propias, falta de autoestima etc. En la mayoría de los casos es así, y está claro que cuanto más trabajemos nuestro crecimiento personal mejor estaremos. Pero los celos son una respuesta del cerebro que lo que busca todo el rato es sobrevivir. Y señoras, amigas, hermanas, en muchas ocasiones tenemos celos porque nuestra pareja está siendo infiel, porque otra persona se está entrometiendo en la relación o porque hay algo que no cuadra. Y PUNTO. Esto es algo que resumió mi psicóloga muy bien cuando tuve el mayor ataque de celos que he tenido nunca, recuerdo bastante bien sus palabras: “No tienes celos porque estés insegura, tienes celos porque esa chica sigue enamorada de tu novio y claramente está compitiendo contigo para conseguirlo”. ...
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