Tenemos la mala costumbres de aferrarnos a algo, de darlo todo sin nisiquiera darte cuenta, que aveces no recibes nada. Tenemos la mala costumbre de querer demasiado, a personas que ni siquiera se dedican a querernos un poquito… Y lo peor de todo, es lo que viene después, las noches eternas sin dormir, los días enteros que te pasas pensando, un ¿porqué?, pero ese porqué, jamás viene con una respuesta, o al menos en el momento que lo necesitas.
Siempre intentamos aferrarnos a un sueño, a una ilusión, a un momento que deseamos que se haga eterno, y ese es el gran fallo, porque aunque digan que sí, nada es para siempre. Una simple actitud, un simple gesto o palabra, puede matar de golpe ese sueño, esa ilusion que estaba creada; quizás sea difícil, pero lo mejor es no aferrarse a nada, no depende de nadie, pero cuando el corazón manda, no hay quien le lleve la contraría, él es capaz de apoderarse de todo, de decirte qué es lo que debes hacer, aunque luego acabes estampada contra la pared.
No te culpes
Voy a empezar dando un mensaje muy claro: no todos los celos que sentimos son porque tenemos que gestionar algo en nosotras . Y punto. Está muy guay el rollito este "new age" moderno de que los celos son inseguridades propias, falta de autoestima etc. En la mayoría de los casos es así, y está claro que cuanto más trabajemos nuestro crecimiento personal mejor estaremos. Pero los celos son una respuesta del cerebro que lo que busca todo el rato es sobrevivir. Y señoras, amigas, hermanas, en muchas ocasiones tenemos celos porque nuestra pareja está siendo infiel, porque otra persona se está entrometiendo en la relación o porque hay algo que no cuadra. Y PUNTO. Esto es algo que resumió mi psicóloga muy bien cuando tuve el mayor ataque de celos que he tenido nunca, recuerdo bastante bien sus palabras: “No tienes celos porque estés insegura, tienes celos porque esa chica sigue enamorada de tu novio y claramente está compitiendo contigo para conseguirlo”. ...
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