Si lloras con esto, es que eres de las mias

Lo reconozco soy una sensiblona por naturaleza y lo que es mas importante LLORONA

Ademas dicen que es buenísimo para el espíritu. El llanto siempre ha sido considerado como un ejemplo de debilidad humana normalmente vinculado a las mujeres porque los chicos no lloran (tienen que pelear). Pero son muchos los estudios que demuestran que los efectos del llanto son tan beneficiosos como los de la risa ya que se libera estrés y se eliminan toxinas. Una buena llorada es mano de santo para descargar tensiones y nos deja suaveeee-suaaaave (su-su-suuuuuave). Llorar de tensión, de felicidad, de emoción, de tristeza, de dolor… no todas las lágrimas son iguales, pero todas son beneficiosas. Lloronas del mundo, ¡uníos! Mis momentos de llando imparable son cuando...
1. Cuando aciertan con un regalo. En ese momento sientes una especie de conexión cósmica con la persona en cuestión. Podemos llamarlas “lágrimas materialistas”, pero son maravillosas.
2. Al acabar un libro que te ha gustado mucho. Es como si archivaras un cachito de tu vida en la estantería y te asaltan preguntas ¿cuándo volveré a encontrar otro así?
3. Cuando suena tu canción favorita durante un concierto. Da igual lo macarra que sea la canción, siempre se produce un instante de armonía vital que emociona a cualquiera y de repente notas las mejillas húmedas.
4. Ordenando tu “caja de los recuerdos”. Cuando encuentras las cartitas que te escribían tus amigas en el cole hablando de los chicos que nos gustaban y de los planes del fin de semana es inevitable que te asalte la nostalgia y un puntito de vergüenza ajena.
5. Cuando entras en cualquier portal de búsqueda de empleo. ¡Qué ansiedad!
6. Cuando se te rompe algo muy valioso. Vivimos con el miedo de que se nos rompa el smartphone. Dramas del primer mundo.
7. Con cualquier película de Disney. Porque todas tienen ALGO para hacernos lloriquear a mansalva...
8. Viendo el video de los perros recibiendo a sus dueños-soldados-yankis. En realidad viendo casi cualquier video de animalitos.
9. Con algunas historias de “Hay una cosa que te quiero decir” (que es importante al menos para mí). No lo reconocerás nunca en público porque se supone que tú odias ese programa, pero lloras en secreto.
10. Cuando llegas a algún lugar solemne. Te sientes así como chiquitica y es todo muy bonico y claro: fresita.
11. El día que te dejan hecha un adefesio en la peluquería. Además de llorar tienes ganas de asesinar.
12. La mañana que no hay café descafeinado de ese con espumita... Entonces quieres hacerte un bichobola y quedarte debajo del nórdico llorando bajito.
13. Cuando llega el calor (los chicos se enamoran) y descubres que tu vestido favorito no te sirve. Ataquito de ira, llanto y pataleo.
14. Con los anuncios de Coca-Cola o con el de: “Esto es un bocadillo mágico, es pan con pan y nosotras nos imaginamos lo que hay en el medio”. Los publicistas son una raza cruel.

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