Un beso, después te llamo, caminas, me voy, el asfalto mojado, pierdo el control, trato de esquivarme, acelero, llego a casa, comienzo a extrañarte, a idear un pretexto para volver a verte, dices hola, un café, uso el baño, al salir ya estabas muerta, mejor dicho, ya no estabas, una nota: no quiero verte más. Te encuentro caminando, regresan tus ojos, me abrazas, te vas, te espero, me olvido de ti unos dias, te quiero a las 10pm durante las noticias, me llamas, cuelgo, escribo, respondes, sigo sin entender tu amor en rebanadas, me voy, te quedas, regreso, te vas, eres feliz, te encuentro, una marca en tu cuerpo, excusa, pretexto, me visto, me voy, una nota en tu cartera: ¿De que vienes huyendo? Te miro, comprendo, no fue nada, soledad, no eres tu, soy yo, lo de siempre, adios, no tengo tiempo, dentro de unos días quizá, ojalá, hola ¿Cómo te llamas? ¿Fumas?...Hablame de ti.
No te culpes
Voy a empezar dando un mensaje muy claro: no todos los celos que sentimos son porque tenemos que gestionar algo en nosotras . Y punto. Está muy guay el rollito este "new age" moderno de que los celos son inseguridades propias, falta de autoestima etc. En la mayoría de los casos es así, y está claro que cuanto más trabajemos nuestro crecimiento personal mejor estaremos. Pero los celos son una respuesta del cerebro que lo que busca todo el rato es sobrevivir. Y señoras, amigas, hermanas, en muchas ocasiones tenemos celos porque nuestra pareja está siendo infiel, porque otra persona se está entrometiendo en la relación o porque hay algo que no cuadra. Y PUNTO. Esto es algo que resumió mi psicóloga muy bien cuando tuve el mayor ataque de celos que he tenido nunca, recuerdo bastante bien sus palabras: “No tienes celos porque estés insegura, tienes celos porque esa chica sigue enamorada de tu novio y claramente está compitiendo contigo para conseguirlo”. ...
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