Yo no soy así como piensas… Sí, me gusta reír pero tengo mucha facilidad en llorar, a veces me dejo las llaves de casa en la puerta y la plancha del pelo encendida. Soy muy dormilona, me cuesta muchísimo levantarme por las mañanas, aunque suene el despertador, siempre lo acabo apagando y volviéndome a dormir. Me encanta poder capturar momentos en una imagen. Adoro la música. Me encanta poder expresar lo que siento mediante imágenes, palabras… Tengo un carácter muy fuerte, me cuesta mucho olvidar algo que me ha dolido de verdad. Sí, soy cabezota, sensible, algo rara, extrovertida,....
El día en el que el ginecólogo me dijo...
Hay que ver la de cosas que pueden hacer que una levante un señor complejo nuevo así, de la nada. Un día tienes mil complejos, al siguiente, de pronto, tienes mil uno. Yo, personalmente, llevo a la espalda una mochila enorme llena de las inseguridades que he ido acumulando a lo largo de los años. Y, aunque hay algunas que están íntimamente ligadas a mi carácter, muchas otras nacieron a raíz de algún comentario. Bienintencionado, con verdadera malicia o sin ningún tipo de intencionalidad. Alguien que dice algo, sobre mí o mi cuerpo, y, bum, un nuevo inquilino para la mochila. Pero bueno, aunque no soy capaz de evitar que este tipo de movidas me afecten y me calen hondo, lo que sí puedo hacer es tratar de llevarlo con humor. Sí, soy de esas que van de que todo se lo toman a coña. Nunca es real al 100 %, sin embargo, ayuda a sobrellevar lo que sea que te hace daño. Un poquito. Así que quiero compartir la anécdota con la que nació uno de mis complejos más íntimos. La del día en el que el
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