Siempre dije que para estar de fiesta todos valemos. Pues claro. Para ir a tomar unas cañas, para pedir unas raciones, para beberse unas copas o para reirse de la vida, sirve cualquiera con un mínimo de cociente intelectual y ganas de pasarlo bien. La diferencia reside en qué en algún punto necesitamos algo más. Alguien que nos sujete los hombros cuando nos vienen los golpes, que nos demuestre que sonreir es más fácil de lo que nos parece, que una mirada puede cambiar un día nublado, que una mano en la rodilla tiene encanto o que un abrazo nos puede dar un vuelco al corazón. Y el punto diferencia lo pones tú. En cada momento. Y lo peor, es que, por muy pasteloso que me quede, no lo ves. Y dan ganas de mandarlo todo a la mierda, y gritartelo. Aunque no me creas. Porque claro que también te quiero por como follamos. Y también me jode que no entiendas que lo que no nos separa, nos hace más fuertes.
No te culpes
Voy a empezar dando un mensaje muy claro: no todos los celos que sentimos son porque tenemos que gestionar algo en nosotras . Y punto. Está muy guay el rollito este "new age" moderno de que los celos son inseguridades propias, falta de autoestima etc. En la mayoría de los casos es así, y está claro que cuanto más trabajemos nuestro crecimiento personal mejor estaremos. Pero los celos son una respuesta del cerebro que lo que busca todo el rato es sobrevivir. Y señoras, amigas, hermanas, en muchas ocasiones tenemos celos porque nuestra pareja está siendo infiel, porque otra persona se está entrometiendo en la relación o porque hay algo que no cuadra. Y PUNTO. Esto es algo que resumió mi psicóloga muy bien cuando tuve el mayor ataque de celos que he tenido nunca, recuerdo bastante bien sus palabras: “No tienes celos porque estés insegura, tienes celos porque esa chica sigue enamorada de tu novio y claramente está compitiendo contigo para conseguirlo”. ...
Comentarios