La sed, el agua que la calma, el hambre, el alimento. Eso eres tú.

Eres mi enfermedad, mis neuronas colapsadas por una caricia más. Eres las fuerzas cuando el cerebro no da más de sí. Eres mi falta de inspiración. No puedo escribir algo que no esté relacionado en una mínima parte contigo. Eres mi risa si ríes, mi llanto si lloras. Eres mi ilusión, mi pena, mi alegría, mi vida, mi muerte si no estás cerca.

Y yo soy una niña enrabietada, rabiosa por un rato más, muy enfadada por las putadas que nos hace la rutina y al borde de tirarme al suelo a patalear porque no puedo soportar intentar quedarme dormida y que a mi lado sólo esté la almohada y no tu respiración en mi pecho.

Estoy rabiosa por no poder dormir contigo todas las noches. Sí. Es todo lo que me pasa.

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