Prefiero besar el duro suelo veinte veces para llegar una sola vez a lo más alto, a escalar poco a poco, sin caer nunca pero sin llegar jamás a la cima.
Prefiero que me duela, a que me traspase, que me haga daño a que me ignore.
Prefiero sentir.
Prefiero una noche oscura y bella, sucia y hermosa, a un montón de días claros que no me digan nada.
Prefiero una cadena a un bozal.
Prefiero quedarme en la cama todo el día pensando en mi vida, a levantarme para pensar en la de otros.
Prefiero el mar a la montaña.
La vida es una noche tumbada en la playa, mirando las estrellas sin verlas, soñando despierta, dejando que la arena se cuele entre los dedos de mis pies.
Y la noche, siempre la noche.
Prefiero experimentar las cosas, aunque me hagan mal. Aunque me hiervan la sangre.
Prefiero probarlo todo a morirme sin saber lo que me gusta.
Y, más que nada...
Pefiero la vida que dan sus besos de caramelo y la suave caricia de su piel caliente..

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