Es verdad que a veces estar solo en el camino da miedo, la incertidumbre, la duda, el dedo señalador de los demás que tachan la antisocialidad como algo "malo", cuando a veces no es más que la simple capacidad -Quizá algo extrema- de seleccionar quienes queremos que nos acompañen en nuestro paseo o incluso de brindarnos la oportunidad de conocernos a nosotros mismos...
A veces caminar sólo acojona mucho, muchísimo... Pero bien es cierto, que cuando llegue el glorioso día en que te encuentres a ti mismo, posiblemente, nunca vuelvas a caminar solo.
Pienso, opino, valoro...
"Los amigos no son Pokémons, no tienes que hacerte con todos"
Cierra o abre
Cuando una puerta se cierra, otra se abre. Nos lo graban a fuego desde pequeños y, quizás, de alguna manera es una sentencia sanadora; nos alimenta de esperanza, creyendo así que tras una despedida siempre viene algo mejor. Lo que ocurre muchas veces es que somos nosotros mismos quienes nos empeñamos en dejar la puerta entre abierta, con la llave a medio a echar, esperando a que se vuelva (o la vuelvan) a abrir de nuevo. A veces, son los otros quienes se empeñan en no cerrarla del todo, pero sin atreverse a abrirla de par en par, de cruzar el umbral y pasar a nuestro lado. Dejando abierta una puerta maltrecha, que ya no encaja como antaño; como si la manilla no terminara de funcionar del todo; como esas puertas que requieren de una destreza casi mágica para poder abrirlas sin quedarnos con el pomo en la mano. Siempre he sido de las que se niega a cerrar puertas, aún a sabiendas de que otras mejores se abrirán; aún a sabiendas de que hay ventanas, mucho más pequeñas y sencillas, p...
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