Mi sentido (Ir)racional me hace querer ir corriendo a buscar lo que quiero, a quien quiero... Pero me he equivocado tantas veces de camino cuando creía correr en la dirección correcta que ya dudo, antes lo hacía creyendo llegar hasta el lugar idóneo, pero, hay, gilipollas de mi... Heme aquí, estática y superficialmente sujeta a un mar de nubes de recuerdo llenos a partes igual de condensadas de nostalgia y resentimiento. La verdad es que ya no sé a dónde correr ni por qué o quien hacerlo... No me apetece, no tengo ganas... Extrañamente, después de tanto empeño sólo me apetece quedarme sentada en mi nube junto a una pila de libros... Sin correr, sólo esperando. Y lo que quiera o quien quiera venir vendrá.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El día en el que el ginecólogo me dijo...

Mecánica del corazón

La soledad de las amistades