Propósitos, promesas, juramentos, etc. Cada día, cada semana, cada mes y cada año nos hacemos decenas y decenas de estos. En ocasiones a nosotros mismos: “Voy a dejar de fumar”, “este año me apuntaré al gimnasio”, “voy a conseguir un trabajo mejor”, “voy a dejar de guardarme las cosas para mí”, “intentaré demostrar más mis sentimientos”… Otras veces, nuestras promesas implican a otras personas: “Prometo llamarte más a menudo”, “intentaré ir más a verte”, “a partir de mañana fregaré siempre mis platos”, “prometo amarte y respetarte hasta que la muerte nos separe”… Miles de pensamientos y palabras dichas que tan pronto como salen de nuestros labios se van, para no convertirse jamás en actos. Cambiar siempre es duro. Da pereza, cuesta tiempo y también esfuerzo. Tanto, que muchas veces nos echamos para atrás, nos arrepentimos y olvidamos todas esas cosas que dijimos que haríamos. A veces simplemente lo posponemos. “No lo hago hoy, ya si eso mañana. Tot...