Te regalo cada uno de mis segundos.
Y mi piel, que no se me olvide la piel.
Te regalo mi cuerpo, mi mente, te regalo mi vida.
Te regalo todo lo que esté a mi alcance, y lo que no también.
Quiero que estés cuando grite tu nombre, y cuando no. Quiero tu sonrisa, tus ojos, quiero tu cuerpo. Te quiero a ti. Te quiero a ti conmigo, desde hoy y para siempre.

Y esos gilipollas decían "te has enamorado".

Comentarios

Entradas populares de este blog

El día en el que el ginecólogo me dijo...

Mecánica del corazón

La soledad de las amistades