Navegando
Un día, el hombrecillo de pijama blanco observó que otro objeto se dirigía hacia su asteroide y pronto colisionarían.
Pero aquel hombrecillo que era un ser decidido e intrépido, decidió no quedarse a esperar a que ocurriese. Se montó en su cohete oxidado y se dirigió veloz a esa extraña roca que se acercaba a su hogar.
Allí descubrió nuevos seres y costumbres.
Descubrió nuevos mundos y paisajes.
Descubrió nuevas formas de vida.
Se adentró en lugares totalmente nuevos para él donde vió y aprendió.
Y así, gracias a su largo viaje, consiguió cambiar el rumbo de las cosas.
Sólo marchándose muy muy lejos, a otros lugares extraños, consiguió salvar su propio hogar.
Y regresar.
El caso es que hoy no tenía ganas de contar, pero esto me gustó. Creo que simple es la palabra.
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