SONRIE...

Me empeño en sonreír aunque mis lágrimas pidan a voces que quieren salir.
Me empeño en sonreír porque, al fin y al cabo, es lo que me va a servir para conseguir mis propósitos, mis objetivos y los sueños que son posibles de alcanzar.
Me empeño en sonreír porque creo que es el camino y porque a pesar del frío, de mis labios cortados o de mi mandíbula tiritando, una sonrisa puede recompensar una caída.
Me empeño en sonreír porque llorar es demasiado fácil.
Me empeño en sonreír porque ahora mismo es lo que me hace sentir viva, lo que me hace sentir bien después de tanto esfuerzo, y porque es superior a todo independientemente de si duele o no.
Pero a veces no basta con empeñarse en sonreír, hay que hacerlo.
Y yo sonrío porque estoy aquí, y estoy aquí para sonreír, para VIVIR.










He dejado de creer en los demás para empezar a creer en mí misma.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El día en el que el ginecólogo me dijo...

Mecánica del corazón

La soledad de las amistades