Quizás

Después de algo más de dos meses seguimos jugando al escondite. Aquel absurdo apagón terminó con el silencio y comenzó un juego a distancia lleno de quizás.

Correos que se cruzan con indeterminaciones de futuros próximos que nunca se concretan. ¿Mañana?, me viene mal, ¿la semana que viene?, bueno, tal vez ... quizás.

A veces, casi nos rozamos en medio del juego, a punto de encontrarnos. Cedo un poco, me autoengaño con dejar de jugar y normalizar esta situación idiota que nos rodea. Con regresar al pasado, sin complicaciones, sin miedo a que se vaya la luz, tan sólo reírnos y que me cuentes como va, nada más.
Y entonces llegas tú y me despiertas. Doy marcha atrás.
Y ya no sé si por mucho que me enfade, el problema es que yo tampoco puedo volver atrás. O si no quiero.
Otras veces, justo en ese momento en que el juego parece terminar eres tú el que corre en otra dirección
. Te observo sorprendida advertirme que no vuelva a desaparecer mientras te das media vuelta. Como si se pudiese, ojalá.
El caso es que estoy cansada de jugar a distancia sin tan siquiera saber a qué. Porque creo que ya ni siquiera me importa.
Así que esta vez, terminaremos por fin con este largo quizás de dudas absurdas o volveremos a instalar el silencio definitivo, hasta que nos volvamos a cruzar.

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