-Dime tan solo una palabra, la que tú creas perfecta. Y si de verdad me conoces y de verdad quieres que me quede aquí contigo, acertarás.
-Diciembre.
-¿Diciembre?
-Ese mes lo resume todo. Te conocí a tí. No confías en nadie, y eso hace que seas muy insegura de tí misma. Ya no sé cómo decirte que te quedes, aquí conmigo. No quiero ni imaginarme cómo sería si...
-¿Si qué?
-Te quiero, sólo te digo eso. La decisión esta vez no es mía, es tuya. Decide, y espero que ahora aciertes tú.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El día en el que el ginecólogo me dijo...

Mecánica del corazón

La soledad de las amistades