Se siente más sola que nadie en este mundo. No tiene nadie que le caliente la cama, ni nadie que le prepare el desayuno en las mañanas nubladas. Nadie que le haga encender. Ni nadie que le haga vibrar los domingos de ausencia. Y aun así. Aún así, quiere darse compañía. Se tumba en la cama justo cuando le pesa el día. Cierra los ojos. Aunque su mundo no desaparece. (El mundo no desaparece cuando cierras los ojos, ¿verdad?)Se aísla, eso sí. Se aísla de todo lo tangible. Y se deja llevar. Dibuja todo su amor en su propia piel. Toda la necesidad en su carne. Sus ganas. Su deseo. Te quiero quiere chillar. Pero no tiene a nadie a quien hacerlo. Y sigue, con fuerza, con odio. Con toda la rabia del mundo. Se acaricia, se juega, se siente, se huele, se desea. Le desea. Al ser sin cara, al ser sin cuerpo, al ser sin alma, al ser sin ser.Se dibuja, respira. Se tuerce, tiembla. Tiembla y ahora. Se rompe, se rompe, se rompe. Explota en mil pedazos. Y es entonces cuando se siente llena. Se siente llena de sí misma. Pero vacía. Es un llenovacío existencial.
El día en el que el ginecólogo me dijo...
Hay que ver la de cosas que pueden hacer que una levante un señor complejo nuevo así, de la nada. Un día tienes mil complejos, al siguiente, de pronto, tienes mil uno. Yo, personalmente, llevo a la espalda una mochila enorme llena de las inseguridades que he ido acumulando a lo largo de los años. Y, aunque hay algunas que están íntimamente ligadas a mi carácter, muchas otras nacieron a raíz de algún comentario. Bienintencionado, con verdadera malicia o sin ningún tipo de intencionalidad. Alguien que dice algo, sobre mí o mi cuerpo, y, bum, un nuevo inquilino para la mochila. Pero bueno, aunque no soy capaz de evitar que este tipo de movidas me afecten y me calen hondo, lo que sí puedo hacer es tratar de llevarlo con humor. Sí, soy de esas que van de que todo se lo toman a coña. Nunca es real al 100 %, sin embargo, ayuda a sobrellevar lo que sea que te hace daño. Un poquito. Así que quiero compartir la anécdota con la que nació uno de mis complejos más íntimos. La del día en el que el
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