Hace tiempo aprendí que todo depende de los colores que uses para pintar tu vida. Que si quieres verlo todo negro, todo será negro y que si eliges una gama neutra, las cosas no te afectarán demasiado. Por eso, cada vez que estoy jodida, me tiño el pelo de rojo, porque necesito pasión, vitalidad, alegría y cambio, sobre todo eso, cambio.

Sí, por mucho que quiera disimular, siempre he sido y seré una patosa. Pero es parte de mi encanto.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El día en el que el ginecólogo me dijo...

Mecánica del corazón

La soledad de las amistades