Y joder, no nos olvidemos nunca de Vivir favor. De sentir, de llorar, de sonreír y de dejarnos llevar ... aunque no sepamos muy bien porqué ni hasta dónde queremos ser nosotros mismos. No es bonito que alguien deje huella? No es brutal que un día puedas amar y el otro quizás hayas olvidado? Somos humanos, curiosos y totalmente imprevisibles. Somos círculos, bucles y espirales de las que t'evoquen al infinito. Todo vuelve, aunque sea tarde ... y por otro lado nunca es tarde para volver, porque necesitamos cerrar ciclos para ser capaces de empezar de nuevo. No queramos saberlo todo, ni assatgem a la incertidumbre; al final, tan sólo se trata de caminar adelante y agarrarnos a las oportunidades. Hoy, para huir ... mañana, quizá para volver.
El día en el que el ginecólogo me dijo...
Hay que ver la de cosas que pueden hacer que una levante un señor complejo nuevo así, de la nada. Un día tienes mil complejos, al siguiente, de pronto, tienes mil uno. Yo, personalmente, llevo a la espalda una mochila enorme llena de las inseguridades que he ido acumulando a lo largo de los años. Y, aunque hay algunas que están íntimamente ligadas a mi carácter, muchas otras nacieron a raíz de algún comentario. Bienintencionado, con verdadera malicia o sin ningún tipo de intencionalidad. Alguien que dice algo, sobre mí o mi cuerpo, y, bum, un nuevo inquilino para la mochila. Pero bueno, aunque no soy capaz de evitar que este tipo de movidas me afecten y me calen hondo, lo que sí puedo hacer es tratar de llevarlo con humor. Sí, soy de esas que van de que todo se lo toman a coña. Nunca es real al 100 %, sin embargo, ayuda a sobrellevar lo que sea que te hace daño. Un poquito. Así que quiero compartir la anécdota con la que nació uno de mis complejos más íntimos. La del día en el que el
Comentarios