Principe verde

Siempre nos hablan del final feliz. De la princesa que besa al sapo y se convierte en un príncipe de pelo castaño al viento. Del beso en el que se rozan los labios y un fundido a negro dice que es el final.
Pero no, siento decíroslo chicas, ese no es el final. De hecho, las mejores historias no tienen final, ni siquiera un chico perfecto, sino sería tremendamente aburrido.
A mi me gusta lo propio, lo diferente, lo original, lo mio, lo nuestro. Quizás no entre dentro de los clichés que nos venden en las películas de princesas y las comedias románticas. No tendrá nada que ver con los iconos que nos cantan día tras día en las canciones más escuchadas de los 40Criminales. Mucha gente lo verá desde fuera y pensará que es la peor historia jamás vivida. Pero a mi me gusta eso, la tensión en la mirada. Los continuos ir y venir de besos (muchos de ellos vacíos). La alegría en una simple palabra, la tristeza en un simple gesto. Pero lo que más me gusta de esta historia, sin lugar a dudas, es el Te Quiero que siempre está presente en el pie de página.
Ya vamos por el volumen tres y creo que aún queda para rato, eso sí, nunca olvides poner abajo un simple y rotundo Te Quiero.

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