''Si me pidieran que es lo que más añoro de ti, seguramente diría aquella sensación constante de tenerte cerca ... Oír el ruido metálico de tu piercing moviéndose arriba y abajo, ese hilo de voz cuando cantas mientras conduces o volver de pronto y engancharte como una niña de cinco años. Echo de menos tus manos grandes, recibir un mensaje justo en el momento en el que yo te iba a escribir o que sonrías de esa forma porque te estás poniendo nervioso y no sabes disimular. Puede que también añoro el optimismo, la fuerza, los momentos tontos e incluso aquellos días contados en los que dejabas conocer un pequeño parte de vulnerabilidad; como me gustaba abrazarte cuando parecía que el mundo estuviera a punto de explotar. ''
El día en el que el ginecólogo me dijo...
Hay que ver la de cosas que pueden hacer que una levante un señor complejo nuevo así, de la nada. Un día tienes mil complejos, al siguiente, de pronto, tienes mil uno. Yo, personalmente, llevo a la espalda una mochila enorme llena de las inseguridades que he ido acumulando a lo largo de los años. Y, aunque hay algunas que están íntimamente ligadas a mi carácter, muchas otras nacieron a raíz de algún comentario. Bienintencionado, con verdadera malicia o sin ningún tipo de intencionalidad. Alguien que dice algo, sobre mí o mi cuerpo, y, bum, un nuevo inquilino para la mochila. Pero bueno, aunque no soy capaz de evitar que este tipo de movidas me afecten y me calen hondo, lo que sí puedo hacer es tratar de llevarlo con humor. Sí, soy de esas que van de que todo se lo toman a coña. Nunca es real al 100 %, sin embargo, ayuda a sobrellevar lo que sea que te hace daño. Un poquito. Así que quiero compartir la anécdota con la que nació uno de mis complejos más íntimos. La del día en el que el
Comentarios