No soy la más alta ni la más lista de todas. La que tiene los ojos más bonitos, el culo más perfecto del planeta o las tetas más estupendas del mundo mundial. Tengo más peros que otra cosa. La suerte no duerme en mi cama, prefiero que lo haga un buen maromo con arte, no tengo prisa por llegar, pero siempre tengo que ir delante. No te esperaré porque se que te olvidaras de mi, no me hagas promesas de agua, no me des esperanzas de acuarela, que con el tiempo te olvidarás. Pienso lo que digo y me callo más de lo que sé. Fumo lo verde y lo blanco, pido que en el mundo no haya guerras y que el amor solo se practique en mi cuarto.~
Cierra o abre
Cuando una puerta se cierra, otra se abre. Nos lo graban a fuego desde pequeños y, quizás, de alguna manera es una sentencia sanadora; nos alimenta de esperanza, creyendo así que tras una despedida siempre viene algo mejor. Lo que ocurre muchas veces es que somos nosotros mismos quienes nos empeñamos en dejar la puerta entre abierta, con la llave a medio a echar, esperando a que se vuelva (o la vuelvan) a abrir de nuevo. A veces, son los otros quienes se empeñan en no cerrarla del todo, pero sin atreverse a abrirla de par en par, de cruzar el umbral y pasar a nuestro lado. Dejando abierta una puerta maltrecha, que ya no encaja como antaño; como si la manilla no terminara de funcionar del todo; como esas puertas que requieren de una destreza casi mágica para poder abrirlas sin quedarnos con el pomo en la mano. Siempre he sido de las que se niega a cerrar puertas, aún a sabiendas de que otras mejores se abrirán; aún a sabiendas de que hay ventanas, mucho más pequeñas y sencillas, p...
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