Tenías razón. No basta con apartarlo de mi cabeza cada vez que se acerque a mí, porque el espejo ya me encargará de recordármelo de por vida. Intento no pensar, alejarlo de mí cuando lo veo demasiado cerca y cambiar de 'contenido mental' lo más rápido posible. Ya no me hago preguntas, ni simulo conversaciones, ni busco oportunidades en relación con lo que tú ya sabes. No espero, ni ansío, pero me continuo controlando. Y si me continuo controlando, si continuo guardándome las ganas de hacer cosas inapropiadas, es porque aún quiero hacerlas. Tampoco debería escribir sobre esto, aunque sea de manera desdibujada, no es lo que debería estar haciendo.
El día en el que el ginecólogo me dijo...
Hay que ver la de cosas que pueden hacer que una levante un señor complejo nuevo así, de la nada. Un día tienes mil complejos, al siguiente, de pronto, tienes mil uno. Yo, personalmente, llevo a la espalda una mochila enorme llena de las inseguridades que he ido acumulando a lo largo de los años. Y, aunque hay algunas que están íntimamente ligadas a mi carácter, muchas otras nacieron a raíz de algún comentario. Bienintencionado, con verdadera malicia o sin ningún tipo de intencionalidad. Alguien que dice algo, sobre mí o mi cuerpo, y, bum, un nuevo inquilino para la mochila. Pero bueno, aunque no soy capaz de evitar que este tipo de movidas me afecten y me calen hondo, lo que sí puedo hacer es tratar de llevarlo con humor. Sí, soy de esas que van de que todo se lo toman a coña. Nunca es real al 100 %, sin embargo, ayuda a sobrellevar lo que sea que te hace daño. Un poquito. Así que quiero compartir la anécdota con la que nació uno de mis complejos más íntimos. La del día en el que el
Comentarios
Pero pienso que el luegar correspondido tendrá que llegar algun dia,
Un beso :)