Fóllame el corazón. Viola mis sentimientos. Acelera mis latidos. Hazme sólo tuya y dime que no ha sido tu culpa. Arrástrame al olvido. Recuérdame el dolor. Condena a mi orgullo. Rómpeme en pedazos y dedícate a desordenarlos. Prioriza mis sentidos. Lucha contra mí. Contra mi otra yo. Inventa uno nuevo. Úsame. Miente y dí que es una verdad a medias. Tira de mí sin atarme. Invítame a cenar. Sé mi gato y cómeme la lengua. Conviérteme en tu perro fiel. Emborracha a mi razón. Aprende a describirme. Exagera mis defectos. Prohíbeme tocarte. Ponle música a mis gritos. Haz oidos sordos a mis auxilios. Enséñame a perder. Tiémblame las orejas. Báilale a mis miedos. Desequilibra mis principios. Dinamita mis prejuicios. Explica mis delirios. Invítame al caos y píntalo de azul. Lánzame tus mierdas. Despéiname. Jódeme un domingo. Descóseme los hábitos. Despiértame a las tantas y dime que me odias. Arregla los problemas con te quieros. Provócame un infarto. Prométeme imposibles. Engaña a mi mirada. Llévame lejos para devolverme al principio. Improvisa un final.
Cierra o abre
Cuando una puerta se cierra, otra se abre. Nos lo graban a fuego desde pequeños y, quizás, de alguna manera es una sentencia sanadora; nos alimenta de esperanza, creyendo así que tras una despedida siempre viene algo mejor. Lo que ocurre muchas veces es que somos nosotros mismos quienes nos empeñamos en dejar la puerta entre abierta, con la llave a medio a echar, esperando a que se vuelva (o la vuelvan) a abrir de nuevo. A veces, son los otros quienes se empeñan en no cerrarla del todo, pero sin atreverse a abrirla de par en par, de cruzar el umbral y pasar a nuestro lado. Dejando abierta una puerta maltrecha, que ya no encaja como antaño; como si la manilla no terminara de funcionar del todo; como esas puertas que requieren de una destreza casi mágica para poder abrirlas sin quedarnos con el pomo en la mano. Siempre he sido de las que se niega a cerrar puertas, aún a sabiendas de que otras mejores se abrirán; aún a sabiendas de que hay ventanas, mucho más pequeñas y sencillas, p...
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