¿Qué qué es horrible? Pues todo. Todo esto. Lo de no sentirte. Lo de echarte de menos. Lo de escucharte por todas partes a sabiendas de que no estás en ninguna. En ninguna de mis vidas. Yo que sé. Si tan sólo pudieras olvidar lo de antes, si pudiésemos empezar de cero... Tú y yo... No sé si volverías a arrepentirte, pero yo no sería la misma. Te lo aseguro. Dios... Quién iba a decirme que esto pasaba en la vida real. Que no es cosa de películas. Que es verdad que a veces me encuentro buscándote por nuestras calles. Que no veo el momento de volver a verte. Que me muero por rozarte la piel, por llenarte el cuerpo de besos, por entrelazar mis manos con las tuyas mientras oigo tu respiración entrecortada amarrada a mi oido que me toca el corazón diciendo que no se cansa, que no te cansas de vivirme.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El día en el que el ginecólogo me dijo...

Mecánica del corazón

La soledad de las amistades