¿Qué te crees? ¿Que no lo sé? ¿Que no sé que algún día de estos voy a encontrarme contigo en cualquier parte y voy a tener que saber cómo reaccionar? Claro que he pensado en eso. Claro que he pensado en uno y mil encuentros nuestros. Y claro que he ensayado delante del espejo como no darme la vuelta cuando tú y yo nos encontremos frente a frente y me mires de esa manera en la que no quiero que me mires. Claro que he pensado en todo esto. Y ahora estoy segura de que en algún momento de mi vida nos tendremos que encontrar, porque el mundo tiene una facilidad acojonante para volverse jodidamente pequeño cuando estás huyendo de alguien. Y créeme. Estaré preparada. Cuando tú y yo nos volvamos a encontrar no me pillará de sorpresa. No me quedaré petrificada sin saber cómo reaccionar. Sabré. Sabré qué hacer y cómo hacerlo. Llevo toda mi vida esperando ese momento. Y cuando llegue, no pienso perder la oportunidad de decirte cuánto te he querido y cuánto te sigo queriendo.
No te culpes
Voy a empezar dando un mensaje muy claro: no todos los celos que sentimos son porque tenemos que gestionar algo en nosotras . Y punto. Está muy guay el rollito este "new age" moderno de que los celos son inseguridades propias, falta de autoestima etc. En la mayoría de los casos es así, y está claro que cuanto más trabajemos nuestro crecimiento personal mejor estaremos. Pero los celos son una respuesta del cerebro que lo que busca todo el rato es sobrevivir. Y señoras, amigas, hermanas, en muchas ocasiones tenemos celos porque nuestra pareja está siendo infiel, porque otra persona se está entrometiendo en la relación o porque hay algo que no cuadra. Y PUNTO. Esto es algo que resumió mi psicóloga muy bien cuando tuve el mayor ataque de celos que he tenido nunca, recuerdo bastante bien sus palabras: “No tienes celos porque estés insegura, tienes celos porque esa chica sigue enamorada de tu novio y claramente está compitiendo contigo para conseguirlo”. ...
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