Siento repetirme, pero es que es una mierda.
Podría decir que estoy "out" - fuera de todo- pero la realidad, la cruel realidad, es que ahora estoy más metida en mi vida que nunca. Podría decir que estoy decepcionada, con algunas personas, pero no estoy segura de esto último. Quizá lo más conveniente sea decir que estoy en un punto intermedio entre el cabreo y el cansancio. Más cansada que cabreada, creo. Tengo fuerzas, pero ¿qué parte de mí reclama esas fuerzas? Tengo valor, pero no sé para qué lo necesito. Tengo ganas, ganas que se mezclaron con una rabia intensa, enorme y peligrosa. Y ya no sé cómo separarlas. Desde hace tres horas no me muerdo el labio, porque tengo sangre y no me apetece sentirme más fea de lo que ahora mismo me siento. ¿Fea por dentro o por fuera? Yo qué sé, y qué más da. No estoy triste. Me encantaría. Pero no lo estoy. Tampoco estoy contenta. Y no, en absoluto estoy buscando que alguien me diga cómo me siento. Tampoco escribo para encontrarme. Me toco y sé que estoy aquí. Me siento. Me veo, me huelo, me escucho, me acaricio, me respeto. Pero quizá necesite algo. A alguien. O a lo mejor sólo quiero eliminar lo que nunca debió ocurrir. Borrar un fragmento de mi vida y reescribir con tiza otro momento. Por si me equivoco, la tiza es fácil de borrar. A lo mejor necesito alcohol, ¿no? Droga para aclararme. Aunque estoy aclarada. Es sólo que echo de menos algo o... quizá no. No lo sé. Y es una mierda. Rectifico. Es una auténtica mierda. ¿Calma? No, gracias. Estoy calmada.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El día en el que el ginecólogo me dijo...

Mecánica del corazón

La soledad de las amistades