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Y mira qué cosas tiene la vida… Que hubo un tiempo en que me prometí ser la mejor en todo, en que pensé que sería especial, en que sentía que todo dependía de mí… Ahora resulta que ni soy la mejor ni siquiera en algo, que ni soy especial, que siento que hay cosas que se me escapan de las manos… Lo peor de todo supongo es esperar de ti mismo algo que luego la vida te demuestra que no puedes ni siquiera llegar a soñarlo. Decepcionarse a uno mismo, la frustración, es de los peores sentimientos negativos que existen. De vez en cuando nos quedamos con la miel en los labios de algo que pudo ser maravilloso y que no llegó a suceder. Hay veces que haces algo y después te preguntas por qué lo hiciste, que tú no eres así, o al menos eso creías, y a parte de los arrepentimientos propios después de algo así, te enfadas… Y puede que intentes arreglar los errores que tú misma cometiste, aun cuando hace tiempo te prometiste que nada de eso ocurriría, que ni siquiera se te pasaría por la cabeza llegar a tanto… Pero por alguna extraña razón, lo haces, o te das cuenta de que eres una más del montón, sin elementos especiales, sin sonrisas que deslumbren, sin nada que llame la atención… Pero bueno, más vale seguir intentando las cosas y esforzarte por lo que deseas, que quedarte quieto sentado en un banco de mala muerte a ver la vida pasar. Pero… no soy aventurera, eso de lanzarse a la piscina no va conmigo… o… o eso creo. Y yo, yo sólo pretendía ser perfecta en todo, que nada se me escapase de las manos… Yo que me prometí a mí misma ser especial…

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